Aunque quise partir inmediatamente, regresar a la mansión de mi esposo para buscar aclarar los malos entendidos entre los dos y salvar mi matrimonio, no pude hacerlo como quise. Nathan, como mi médico, me impidió dejar la casa de Miranda hasta que mi recuperación hubiese concluido totalmente.Y Adam, a través de su madre, también dejó claro que no me esperaba de regreso.—Dijo que sí quieres quedarte aquí, lo hagas —bajé la mirada a mi bebé, que comía de mi pecho—. Yo no tengo problema con que vivas conmigo, hija, estaría feliz. Pero si quieres irte, Adam me pidió instalarte en una de sus propiedades aquí. Dijo que te dará una cuantiosa pensión mensual, así que no es necesario que demandes.¿Yo, demandarlo? ¿Me tenía bajo el mismo concepto materialista de Sabine? Sorbí los mocos y contuve mis ganas de ponerme a llorar.—Adam se irá un tiempo a otro país, Hannah, abrirá otra filial de su empresa en el extranjero y debe ir a supervisar la gestión. Así que no tiene caso que vayas a buscar
Leer más