Al otro lado del celular, la voz dijo:—La boda acaba de comenzar, ya tenemos todo listo.Victor entrecerró los ojos en ese momento, y una sombra fugaz cruzó su mirada.—Perfecto. Sigue minuciosamente con el plan. No quiero que nada salga mal.El niño, obediente, se sentó tranquilo a un lado, observando a Victor con atención.Victor colgó de inmediato la llamada y miró al niño, suavizando su expresión.—Hijo, ¿sabes lo que tienes que hacer cuando veas a mamá? ¿Verdad?El niño lo confirmó con fuerza, sonriendo.—Sí, papá, lo sé.Victor esbozó una sonrisa satisfecha, orgulloso de lo listo que era el hermoso niño.El auto llegó justo al lugar de la boda de Yolanda y Lorenzo.Victor abrió la puerta y esperó a que el niño también bajara. Padre e hijo, tranquilos tomados de la mano, caminaron juntos hacia la ceremonia.Victor llevaba un elegante traje negro, y el niño llevaba uno igualito, pequeño y muy bien pulido. Se veían como una versión a escala de la misma persona....Mientras tanto,
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