Faltaban dos días para la boda de Paloma y Aldo, Massimo buscaba qué obsequiar a su hija y sobrino, realmente no sabía qué comprar, caminaba por las tiendas exclusivas en Lazio, pero por más que lo intentaba, no sabía qué regalar.Desde la llegada de Luciano, hace dos días, Laura y los niños se la pasaban pegados a él, Massimo se sentía un tanto excluido, pero al final, les estaba dando el tiempo para conversar. Aunque, Almendra, le daba la opción de integrarse, Massimo inventaba alguna excusa para no estar, de igual manera, no ayudaba mucho que Diana hubiese tenido que viajar.Frustrado, Massimo se sentó a tomar un café, no sabía qué regalar, no sabía qué comprar. Nunca había hecho esas cosas, Mateo siempre estaba para ayudarle, él conocía sus gustos y de las personas que le rodeaban, aunque en el caso de Paloma y Aldo, creía que de igual manera no sabría qué regalar.Mientras esperaba su café, revisaba su móvil, veía las fotos de su hija, trataba de buscar una pista, veía las fotos
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