†††Adrián había abatido a la bestia que lo atacó y, con la urgencia palpitando en sus pasos, se dirigió hacia mí para apartarme de Kalia. Sin embargo, el fragor de la batalla se desvaneció en un solo instante, cuando la voz de Anastasia rasgó el aire como un presagio.—¡La fiesta ha terminado… ya tengo lo que quería! —declaró, con un dejo de triunfo venenoso.Alcé la mirada, y mis ojos se toparon con una escena que desgarró mi alma: Lavied y Anastasia sujetaban a Tristán por el cuello y los brazos, como si su cuerpo ya no le perteneciera.—¡Suéltenlo! —grité con todo el aliento que me quedaba, corriendo hacia él. Pero Anastasia me miró… y bastó ese cruce de miradas para que mi cuerpo volara por la sala, arrojado con brutalidad contra el suelo.Me incorporé tambaleante, con un dolor lacerante en la espalda, mientras mis sentidos se deshacían en vértigo. Adrián y Bacco forcejeaban, desesperados por liberar a Tristán. Pero entonces, un chillido emergió de Anastasia. Un grito tan agudo,

VictoriaLa voz de Tristán resonó en mi mente justo cuando sentí que se alejaba, desvaneciéndose en la oscuridad.—¡No! —grité con todas mis fuerzas, obligando a Adrián a frenar la moto de golpe.Salté del vehículo y llevé una mano al pecho. Las piernas me flaquearon y caí de rodillas sobre el asfalto frío de la calle desierta.—¿Qué ocurre? —preguntó Adrián, alarmado. Al no obtener respuesta, me sostuvo con fuerza del brazo y me obligó a incorporarme. Era evidente que estaba al borde del colapso.—¡Van a matarlo, Adrián! Por mi culpa… Luthzer le arrancará la vida. —Mi voz se quebró en un susurro desesperado—. ¡Enciende esa moto! ¡Llévame con él! No puedo permitir que Tristán tenga el mismo final que Ethan.—¡Vicky, tienes que calmarte!—¡No puedo! —Mi cuerpo temblaba, mi voz se quebraba entre sollozos—. Todo esto es culpa mía… ¡Todo!Me derrumbé entre sus brazos, deshecha. Adrián me sostuvo con fuerza, envolviéndome en un abrazo tembloroso.—Esto nunca debió suceder… debí entenderlo