CAPÍTULO 10. ¿Puedes confiar en mí?

Sammy sentía que los nervios le ganaban. Solo quería que llegara la noche lo más rápido posible, y Darío tuvo que protestar con convicción, porque con su apuro iba a quemarles la comida.

Fue el día que más rápido la vio comer, incluso con tan pocos modales que se chupó los dedos y hasta suspiró, y el Diablo Rivera pasó saliva porque era un gesto normal, cualquiera se chupaba los dedos, él mismo lo hacía, pero cuando la veía hacerlo a ella… era como si esa parte menos dócil de su cuerpo se despertara.

—¡Bueno, ya, ya! ¡Solo es comida! —le gruñó cuando la oyó suspirar por tercera vez, y Sammy levantó una ceja curiosa cuando lo vio tan ofuscado. Sin embargo no le dio tiempo a decir nada, porque él ya estaba levantándose y rebuscando en la bolsa por las cosas que iban a llevarse.

Preparó la pistola de bengalas, se echó en uno de los bolsillos del pantalón cargo uno de los cohetes de señales, y salió andando en dirección al otro extremo del islote apenas el sol cayó. En contraste con su ce
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo