Capítulo 8

Carter me mira atónito, sin dar crédito a mi petición. No entiendo porque exagera tanto…

Y no se Emily, tal vez sea por el hecho de que mañana es martes, ¿día laboral?, ¿reunión que marcará el futuro de ambas empresas?, dime ¿te parece familiar?, definitivamente no tengo remedio. Pero claro que no me quedaría lamentandome, esa llamada volvió a descolocar mi mundo, quería olvidarlo, se que no es la manera de sobrellevar los problemas, pero si alguien encontraba una en la que no terminará con una nube negra detrás de mí, atormentandome durante quien sabe cuanto tiempo, que me avise. 

Cuando finalmente sale de su asombro, después de unos segundos en silencio, me mira determinante, como si hubiera tomado una decisión. Esa expresión me agrada, toma mi muñeca y me arrastra por el local. En el camino nos topamos con la hermosa mujer que nos atendió en un principio, aun sin soltarme, nos detenemos y Carter le informó apresuradamente que liquide desde su cuenta. Nos adentramos en el ascensor y con una sola mano tecleó algo en su teléfono. 

Puedo sentir como la calidez de su mano penetra mi piel, no es para nada incómodo, de hecho me gusta la sensación, la palma de mi mano pica por sentirla también, pero me abstengo de ello y miró nuestra unión, el imita la acción, para luego mirarme intensamente a los ojos, esta vez no hago nada por evitar su contacto visual, una batalla de miradas se desata; el ámbar casi dorado de los míos, frente al verde cristalino de los suyos, ninguno tenía la intención de abandonar. Hasta que nuestra brutal y silenciosa batalla, se ve interrumpida por el sonido del ascensor, indicando que hemos llegado a nuestro destino. En un momento de racionalidad, camino fuera del ascensor, soltándome de su agarre en el proceso. 

Caminamos por la acera hasta llegar al automóvil, que ya se encontraba aparcado frente al restaurante. Me detiene sutilmente antes de poder subir por mi misma y tomando mi manos ayudándome a subir. Cierra la puerta para luego subir a mi lado. El automóvil se pone en marcha y nos sumergimos en un aturdidor silencio, tal vez no fue buena idea, no parece ser alguien que frecuenta clubes. 

—Cárter, no tienes que hacerlo… —Levantó la vista para mirarlo, a lo que responde con una pequeña sonrisa. 

—Quiero hacerlo, considerarlo como el sello de nuestro acuerdo —responde con familiaridad, lo que me reconforta, no hubiera querido atravesar esto sola. Pero creo que no lo pensé bien, cómo se me ocurre arrástralo a mis problemas, además no sé qué pueda llegar a salir de mi boca con unas copas encima. 

De todas formas ya lo hecho, hecho está. Solo quiero divertirme y pasar un buen rato, sin preocuparme por lo que pueda pasar después. 

Quince minutos después, llegamos a una calle estrecha, donde se veían una gran cantidad de coches aparcados al borde de la acera, de hecho no entraba ni un alfiler más. El chofer se detiene en la puerta del, aparentemente, famoso club. Al bajar puedo ver una gran fila de personas esperando a entrar, en la puerta dos goril… digo, dos grandes y fornidos hombres cumplen su función de resguardar, permitiendo o no, es paso a las personas que desean entrar. ¡Genial! Tenemos turno para dentro de una semana, por lo menos no hace frío. 

Carter se posiciona a mi lado y tomando mi espalda baja me dirige hacia la puerta, lo miró confundida puesto que la fila termina en dirección opuesta.

—Ciao Alex, come va? —pregunta al inmenso hombre, extendiendo su puño. Y yo quedo hipnotizada con su deleitante acento italiano, no me había dado cuenta que hasta el momento nos habíamos estado comunicando en inglés, desde que me disculpe, hasta ahora, el siempre hablo en inglés, incluso en la clínica y el restaurante. Pero ¿por qué? 

—Ciao Carter!  Prego entra —dice, correspondiendo el gesto y posteriormente abriendo la puerta para nosotros. ¡Pero qué demonios! No pensé que frecuentara este tipo de lugares como para que lo dejen entrar así como así, y de forma tan familiar, qué pasó con el estricto hombre que le indigna que sus empleados salgan en horario laboral. Una vez adentro, inmediatamente somos abrazados por un ambiente completamente diferente, donde predomina la avasallante oscuridad disipada tenuemente por proyectores de diversos colores de luces. La intensa música y el olor a alcohol también son protagonistas 

—No pensé que te gustaran los clubes —comento a lo que me responde con su mejor cara de; “¿ah sí? Pues ya ves”, ¡Ay! ¡Que alguien me detenga porque le pego! —Además, ¿porque no habías hablado en italiano hasta ahora?

—Porque hasta el momento no había sido necesario —lo miró incrédula, ¿cómo me dice que no era necesario? ¡Estamos en la bendita Roma! —, tanto el hospital como el restaurante son lugares internacionales, donde los funcionarios deben tener en su currículum una serie de idiomas para poder trabajar allí. —Explica mientras nos hacemos paso entre las personas.

»Con respecto a Luca, se le da muy bien el inglés y el español. Creo que solo fue un reflejo, dado que la primera impresión que nos diste, fue en inglés. 

Tiene razón, entre el nerviosismo y las ganas de salir de allí, no presté atención a muchas cosas. 

Nos adentramos a la zona vip, y continuamos hacia una apartada, desde allí se puede ver un gran panorama de la pista. Tomamos asiento en uno de los sillones, a una distancia prudencial, lo suficientemente lejos como para no tocarnos, pero lo suficientemente cerca para poder hablar sin tener que gritar. Un chico joven, debo decirlo; demasiado guapo, los italianos están como quieren. Nos pregunta qué vamos a tomar, optó por un cóctel, que sinceramente no tengo idea qué contiene, estaba demasiado ocupada prestando especial atención a su acento italiano, cada gesticulación era un deleite para mis oídos. En cambio Carter pide un simple Whisky, de muy mala gana, para variar. 

—Que mal genio tienes — expreso mi disconformidad. A lo que él me mira mal, pues si señor. Llegó el momento de que alguien se lo diga. 

—¿Eso piensas? —pregunta, a lo que yo asiento un poco divertida, creo que ese trago hizo efecto rápidamente. —Tal vez deberías conocerme un poco más, soy un tipo muy agradable. — Dice divertido.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo