-II-

A toda prisa, Joel subió a su coche.

Metiendo la llave en el contacto, masculló:

-Anda que las pintas que llevo...va a pensar que soy un dejado-

Ni tiempo le daba a ir a cambiarse.

Menos mal que antes de ir a correr había decidido ir primero a ver qué quería Holly.

Se incorporó a la calzada.

Mientras conducía se miraba fugazmente a sí mismo.

-¡Madre mía, madre mía! ¿Qué va a pensar cuando vea que quien le va a entrevistar no es Holly y encima es un chico con chándal? ¡Madre mía, madre mía!-

Durante todo el trayecto iba lamentándose y quejándose de su aspecto a pesar de que era un chándal bastante moderno.

Pero era un chándal.

Paró el coche entre otros dos y miró la hora.

A toda prisa salió del vehículo y cruzó al otro lado de la calle.

Entró como una exhalación al edificio haciendo que algunos hombres se le quedaran mirando y no era de extrañar.

¿Cuándo se ha visto a un chico en chándal en unas oficinas de entrajetados?

Tragando saliva anduvo hacia el gran mostrador principal.

Tímidamente, saludó a la mujer que había detrás de éste, la cuál le miraba atónita.

-Bu-buenos días, yo...vengo...en nombre de Holland Martin para entrevistar al señor Bale-

-Ajá- asintió ella alelada

-Yo...disculpe por las pintas pero...ha surgido de improvisto- se disculpó Joel.

-Claro, ¿Si es tan amable me diría su nombre?- sonrió ella

-Joel, Joel O'Brian-

-Un momento por favor, he de certificar que efectivamente el señor Bale tenía una entrevista hoy-

-Claro- dando unos golpecitos nerviosos en el mostrador, Joel desvió la mirada por todo aquel enorme hall.

La mujer se llevó el teléfono a la oreja y marcó una extensión.

Esperó.

-Hoy tienes la entrevista con la estudiante de la facultad que subvencionas- anunció su asistenta de reuniones al moreno.

-Menos mal que me lo has recordado- sonrió éste.

-Ha sido persistente la chica, no paró hasta que lo logró- rió la mujer.

En ese instante sonó el teléfono de su mesa.

Mirando al moreno, repuso:

-Probablemente sean para avisar de que ha llegado - dejando a solas al hombre, la mujer salió del despacho.

Acercándose a su mesa, descolgó y respondió:

-¿Sí, dígame?-

-"Hola Dianne, verás aquí hay un chico en chándal que dice que viene en nombre de una tal Holland Martin para entrevistar al señor Bale"-

-¿Un...un chico? ¿Y...y en chándal dices?-

-"Sí, dice que ha surgido de manera imprevista y que siente presentarse de tales guisas, ¿Qué hago? ¿Le digo que ahora le recibe o que no hay entrevista?"-

-Oohh, pues...no sé cómo se lo tomará Bale-

-"El pobre se ve angustiado"-

-No cuelgues, ahora mismo te digo lo que sea-

Dianne dejó el auricular en la mesa y volvió al despacho del moreno.

Éste la miró fijamente.

-¿Pasa algo, Dianne?- inquirió.

-Verás, al parecer ha surgido un imprevisto y en lugar de hacerte la entrevista la señorita Martin será un chico-

-¿Y eso?- se extrañó Bale.

-No...no lo sé pero el chico no...al parecer le ha cogido de sorpresa y...viene en chándal - explicó ella.

Abriendo los ojos de par en par, Bale repitió:

-¿En chándal?-

-Sí, ¿Qué...qué hago, les digo que le dejen subir o pospone la entrevista?- quiso saber Dianne.

Riendo por lo bajo, Bale asintió tanto con la cabeza como diciendo:

-Que suba-

-Ahora mismo se lo digo a Tracey- y la mujer salió del despacho.

Acercándose al teléfono lo cogió, se lo puso en la oreja y dijo:

-Dile que suba-

-"Ahora mismo"-

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