— ¿En serio amas tanto tus libros que prefieres cargar con ellos que volverlos a comprar? –le preguntó Tess a Heather, viéndola poner en un pequeño maletín, muy caro, por cierto, un libro tras otro—. ¿No habías dicho que ahora los tenías en digital? Heather sonrió.
—Cambié de opinión. Y no sólo porque los ame, que sí, los amo; es más bien porque tengo ediciones tan viejas y tan bonitas que ya no han vuelto a salir. Muchas de estas obras dejaron de circular hace tiempo, así que me llevaré mis libros a casa.
— ¿No decías antes que no querías invadir el espacio de Heather y no sé qué más?