-III-

Poco a poco, Daylhan iba volviendo en sí. Abriendo los ojos muy lentamente comprobó que se encontraba en un lugar cerrado y con toda la pinta de tratarse de una casa.

Con rapidez se incorporó topándose con un hombre de tez morena y que le miraba con una sonrisa amable.                                                  -¿Cómo te encuentras?-le preguntó.

Daylhan titubeó y respondió:

-Bi-bien, ¿Qui-quién es…us-usted?-

-Mi nombre es Seth y soy el consejero y druida del clan-

-¿Cla-clan? Que-querrá decir del pueblo-

El moreno de piel unió las manos y miró fijamente al chico.

-Los Ulfhednar no viven en pueblos, sino en clanes o, mejor dicho, en manadas-

-¿Ma-manadas? ¿Eso…eso no es para…designar grupos de…animales?-

El druida sonrió ampliamente.

-Si traducimos la raíz ulfh nos da el nombre lobo-

Daylhan casi sufre un ataque.             ¿Entonces era cierto lo que contaban sobre ellos?

-No debería ser yo quien te lo contara sino tu futuro esposo pero como ya habrás visto, Keerd es muy poco hablador- siguió hablando Seth -Aunque cuando te trajo para que te “curara” de tu desvanecimiento se veía muy preocupado-

El chico pestañeó unas cuantas veces.

-¿A…a sí?-se sorprendió.

-Sí- asintió el druida -Y si me lo permites, hasta habló-

Daylhan seguía pasmado.

-¿Ha-habló?-

-Mmm, exactamente me dio una orden-repuso Seth con voz divertida.          Recordando la razón de su desmayo, Daylhan preguntó:

-¿Cómo diantres…los hombres pueden…quedar en…estado?-

Seth rió divertido.

-Como ya te he dicho, la palabra Ulfh significa lobo- haciendo un inciso, tomó aire y prosiguió diciendo -Los Ulfhednars descienden de un tipo de lobos especiales y dotados de grandes dones y…ventajas frente a los humanos- volvió a quedarse en silencio para reanudar su explicación -Son grandes guerreros y guerreras, con un fuerte lazo vinculado a lo que es la familia, el amor, la lealtad y en especial, la FIDELIDAD- sin dejar de mirar al chico, Seth continuó su explicación -Es posible que los veas serios, intimidantes, incluso, fieros, pero te puedo asegurar que cuando un Ulfhednar se une con la persona que es la idónea para acompañarle durante el resto de su vida, deposita su vida a ella, se vuelca en ella. Nunca la abandonará. Jamás se separarán. Su sol será esa persona, su luna, su aire, su razón de vivir…y su corazón-

-E-eso no…no me aclara que los…hombres que he…visto estuvieran…en…en cinta-

-A eso me refería con que Los Ulfhednar poseen dones o ventajas o como quieras llamarlo- dijo el de tez morena -Basta una chispa de amor y por supuesto, consumar para que puedan plantar una vida en cualquier vientre. Ya sea varón o mujer pueden fecundar a los de su género-

Daylhan ya iba a hablar pero Seth lo cortó:

-Pero tiene que ser consensuado y que ambos deseen materializar su amor en un hijo-

El chico tragó saliva.

-En-entonces…yo…voy a…-

-No lo sé, tú no eres uno de ellos- fue sincero el hombre -Lo que sí te digo es que mañana, después de tu enlace y cuando vayáis a consumarlo no opongas resistencia a Keerd-

Desorbitando los ojos, Daylhan exclamó asustado:

-¿¿Me estás diciendo que le permita…tomarme sin mi consentimiento??-

-El Ulfhednar dentro de él tiene que unirse en carne y alma a su compañero, y créeme cuando te digo que Keerd lo hará, por encima de todo, no atenderá a ruegos, no oirá tus súplicas, sé sumiso y permite que haga lo que ha de hacer-

-¡No quiero que me viole!- se indignó el chico.

-No te violará, no te hará daño si tú demuestras sumisión y aceptación, su Ulfhednar saldrá mañana por la noche, en cuanto la luna esté en lo más alto del cielo, él dejará de tener conciencia humana y adquirirá conciencia animal y si tú te opones, entonces hará lo imposible para obligarte a que te sometas a él-

-Si-si ya da miedo de…por sí, no quiero ni pensar en lo que será cuando…deje de ser lo que ahora es-

Seth movió la cabeza, confuso.

-Si pedí un virgen es porque vuestro olor a pureza los calma- aclaró -Oler tu aroma puro hará que desee no herirte sino marcarte con el suyo, fundir su olor con el tuyo y así convertiros en uno solo-

En cuanto dijo esto alguien irrumpió en la casa. Ambos volvieron el rostro hacia la puerta viendo al azabache caminando hacia ellos.                                                                            La expresión de su rostro seguía siendo seria, pero cuando vio al chico consciente un atisbo de sonrisa apareció en sus labios. Tan rápido como vino se fue.

-Está bien- anunció Seth al moreno -Solo se desmayó-

Con una escueta inclinación de cabeza, Keerd anduvo hacia Daylhan. Cogiéndolo en brazos y emitiendo un tenue gruñido a éste para pedirle que se sujetara a él, salió de la casa tal como había venido. En silencio.

-Keerd-llamó el druida. El pelinegro se giró      -Está asustado-

Keerd miró al chico, quien se tensó entre sus brazos al verle los ojos clavándose en los suyos.Volvió a gruñir, disgustado. O apenado. No se sabía.

-Teme que lo fuerces- añadió Seth.

Entonces, el azabache hizo algo que dejó atónito a Daylhan.Arrimando su rostro al suyo, presionó su nariz con la suya y la frotó con ternura al mismo tiempo que cerró los ojos.

En un acto reflejo, Daylhan acarició el cabello de éste, provocando que Keerd ronroneara.¡Había ronroneado! ¡Cómo un dócil gatito!    Acto seguido, el pelinegro abandonó la casa con el chico en brazos.

Lo llevaba por todo el pueblo, sin quejarse si pesaba o no.                                                              Lo transportaba como si llevara toda la vida haciéndolo pero Daylhan se sentía turbado de que todos y todas le vieran en brazos del moreno.

-O-oye, es-estoy bien, pu-puedo caminar y…-

-Grrr-le gruñó Keerd.                                              Él lo entendió como “Cállate” así que cerró la boca.                                                                            De reojo, Keerd lo miró. Y dio un suspiro.

-Grmmm, bfff- ahora el gruñido fue más suave y algo dulce. Parecía como si le dijera “Perdona. No era mi intención”                  Daylhan se atrevió a mirarle directamente.

-¿Sa-sabes hablar o he de…aprender tu lenguaje de gruñidos?-

El moreno entrecerró los ojos.

-Pffff. Grrmm. Bfff-

Que en palabras entendibles podía ser, según Daylhan, “No te importa. Cállate, por favor”

-Vale, lo…lo aprenderé-

Keerd rodó los ojos pero no dijo ni mu.Y siguió su camino bajo la mirada atenta de su pueblo.En la distancia, Shelly y Gydeon los observaban.

-¿Cuánto tiempo crees que tardará el idiota de Iordan en averiguar lo que somos y venir a por su hermano?- inquirió él.

-Si eso ocurre, ya haremos para que no se lo lleve- contestó Shelly y sacó sus garras -El chico se quedará aquí, con su familia-   Gydeon enarcó una ceja.

-Estáis muy seguros, tú y Seth de que ese humano posee un porcentaje de Ulfhednar-

-Más Seth que yo- se rascó la nuca Shelly -Pero algo tiene y yo confío en Seth-

-No, si yo también- apoyó el hombre. Señalando hacia la futura pareja, inquirió        -¿Pero y Keerd? ¿Confía él?-

-No lo sabremos hasta pasado mañana, cuando consumen-

-Esperemos que no haya que retirar un cuerpo despedazado- alzó una oración Gydeon -Me daría mucha pena-

Los futuros esposos se iban alejando rumbo a una casa más apartada del resto.                        El hogar de Keerd.                                               Con el pie, abrió la puerta y entró con el chico en brazos.                               Aproximándose hasta un lecho que había junto a la pared donde estaba la ventana, depositó al chico sobre éste y se retiró.

Daylhan le miró, asustadizo.

-Descansa-

Le había hablado.                                            Bueno, fue más un murmullo, pero al chico le agradó oírle.

-Gra-gracias-

Lanzando un bufido, el pelinegro salió de la casa dejándolo solo.Hasta mañana por la noche no podría estar bajo el mismo techo así que aprovecharía esa noche para danzar como un animal salvaje.

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