—Dime…¿Tú eres…mi esposo? —inquirió mientras sentía que le faltaba aire y todos dirigieron la vista hacia ella preocupados, ante el silencio de los presentes volvió a preguntar—¡Son sordos!...Respóndanme…
—Dara yo…—comenzó a decir a Martín, pero ella lo interrumpió.
—Responde…con si…o un no…¡¿Soy tu …esposa?! —exclamó con rabia.
Los tres contestaron al mismo tiempo, pero respuestas distintas, Marino y su padre respondieron si y Martín respondió no, preocupándose mientras Dara se encolerizaba.
—¿Por qué…mientes?...No puedes…ser sincero…te escuché…cuando dijiste…que eras…mi esposo…a la…enfermera.
—Mi amor, no te molestes, puede hacerte daño, no quería decírtelo, porque pensé que podía ser contraproducente, no fue con intención de mentirte, tenía miedo de tu reacción.
—Quiero… que me … cuentes todo… ¡Ahora mismo! —exigió Dara.
—No cr