La verdadera heredera murió y toda la familia enloqueció
Soy la verdadera hija de mis padres, pero tres meses después de mi regreso a casa, la falsa heredera desapareció. Mi hermano determinó que yo, por celos, había obligado a la dichosa falsa heredera a huir, mientras las miradas decepcionadas de mis padres revelaban sus verdaderos pensamientos. Me mantuvieron atada en el sótano, sometiéndome a interrogatorios diarios. Aún después de muerta, enviaron mi cerebro a un instituto de investigación. Por eso más tarde, desde el cielo, observé plácidamente cómo se derrumbaban al ver mis recuerdos.