Ceda por amor
En el parque de atracciones, mi novio Beta, David, trajo a una madre y su hija, y, en el coche, justo faltaba un asiento, por lo que me pidió que me bajara para darles mi lugar a ellas.
—Laura viene con su hija y es más difícil para ellas. Las llevaré primero, luego vuelvo a buscarte —dijo David.
Bajé en silencio y observé cómo el coche se alejaba de la manada.
Después de tres horas, ellos llegaron al parque y disfrutaron de una cena y de los fuegos artificiales.
Al verlo, mi mejor amiga le preguntó a David por qué aún no había vuelto por mí.
Él, que en ese momento estaba ocupado ayudando a Laura a encender un enorme cohete pirotécnico, sin ninguna prisa, respondió:
—No pasa nada si la recojo un poco más tarde. A Siena no le importará. Solo tendré que calmarla un poco y se le pasará cualquier enojo.
El enojo solo sirve con quienes te importan. A mi padre, madre y mi hermano no les importaba que me enojara, y ahora a David tampoco...
Así que… era hora de irme para siempre.