La Luna Abandonada y su Rey Alfa
Mi compañero, el Rey Alfa Paulo Pietrini, no sabía que nuestra hija de cuatro años, Lily, padecía de una falla renal y que la iban a someter a una operación.
Antes de la cirugía, ella me confesó que su mayor deseo era ir a un parque de diversiones con su papá el día de su cumpleaños, deseaba compartir un tiempo a solas con él. Por eso me arrodillé ante Paulo, rogándole que le cumpliera ese deseo a nuestra hija, y él me prometió que lo haría.
Sin embargo, el día de su cumpleaños, Lily se quedó esperando bajo el frio e inclemente viento por él, hasta que empezó a toser sangre y se desmayó, aun así, él nunca llegó.
La condición de Lily fue de mal en peor, por lo que el tratamiento de emergencia no funcionó.
Antes de morir, me preguntó con lágrimas en sus ojos. —Mami, ¿por qué mi papi quiere más a Emily que a mí? ¿No soy lo suficientemente buena?
Mi hija se fue al más allá con su corazón lleno de pesar. De su manita cayó un celular, con un video reproduciéndose. En él, se veía que su papá había alquilado el parque de diversiones más grande e impresionante del pueblo, y estaba celebrando el cumpleaños de la hija de Victoria.
Después de la muerte de su hija, Olivia perdió todo resquicio de esperanza y dejó a Paulo, pero el déspota Rey Alfa, la buscó alrededor del mundo, rogándole por una segunda oportunidad.