Hazel Sonrío maliciosa al ver a través de los cristales a Celine caminando confiada por los pasillos de la agencia de modelaje donde acababa de audicionar, se sentía en las nubes al pensar que su sueño se haría realidad pero causada diversión arruinar un poco sus sueños como ella colaboró para arruinar mi vida. Tenía contactos y con solo quererlo ella estaba fuera de las agencias, por eso mismo me encontraba aquí luego de tener una charla amistosa con la dueña de la agencia. Podría ser aborrecible lo que estaba haciendo por jugar con los sueños de alguien más pero no olvidaba las palabras cargadas de veneno que salieron de su boca cuando le tendí la mano, cuando quise que se superara y me pagó de aquella forma. —¿Es ella? —preguntó Loren colocándose a mi lado. —Si, con este pequeño favor estará saldada la deuda —le guiñé un ojo girándome a ella.—Aunque no te debiera te haría ese favor, es poco común que tú pidas algo como eso. Lo que me hace concluir que la chica hizo algo muy mal
Hazel Sus labios envolviendo los míos me tenían hipnotizada, sus manos tocando mi cuerpo y descubriendo el objeto que yacía dentro de mi intimidad, dándole carta blanca para que lo encendería y comenzara esa dulce tortura. Me aferraba a sus hombros sin querer dejar de besarlo, sintiéndome en la gloria al sentir su aroma masculino, un hombre que me ponía a arder con una sola mirada. Sentí si lingual invadiendo mi cavidad bucal, apretando mis glúteos y azotándolos con fuerza como me gustaba. Ahogaba mis gemidos en su boca, mis caderas se movían en contorno a su ingle y su potente miembro punzando por sobre la tela fue lo que necesité para soltar su boca y descender a su cuello, pecho y torso, pasaba la lengua por su piel mientras sus ojos seguían cada movimiento, mis manos bajando el cierre de su bragueta y sacando lo que mi boca tanto deseaba, relamí mis labios ante lo potente que estaba, dura como me gustaba. —Préndete, preciosa —instó con la voz ronca enviando cientos de descargas
Arvid Detuve el auto frente al edificio del hotel de la mujer que me acompañaba de copiloto, eran entrada la madrugada, faltaban pocas horas para el amanecer y por eso me había ofrecido a traerla. —Gracias —sonrió inclinándose para tomar mis labios de forma demandante. —Si no bajas ahora volveré a follarte, Cherry —susurré contra su boca tomando todo mi autocontrol para no tomarla de la cintura y colocarla sobre mi regazo. —No me molestaría pero tengo que trabajar mañana y quedan muy pocas horas de descanso —se apartó pasando su palma delicadamente por mi pecho y torso —ten una buena noche, Arvid. Tomé su mano cuando estuvo a punto de salir del auto, deteniéndola y mirándola con deseo descarado. Algo que notaba que le gustaba. —¿Qué harás el fin de semana? —pasé mis ojos por el escote sabiendo que solo bastaba tirar de la cinta y quedaría completamente desnuda. —No tengo planes, ¿por qué? —Te vendré a recoger el sábado temprano, te llevaré a un lugar. Una gran sonrisa se ensa
Hazel —Esta me parece bien —miré a mi alrededor —es la que más se adecua a mi, es lo suficientemente espaciosa para una sola persona. —Ni siquiera te he dicho el precio. —No importa, la quiero —respondí segura saliendo al pequeño jardín trasero donde había una piscina y verde césped. Llevábamos todo el día buscando una casa, estaba cansada de estar en el hotel y quería un lugar más reservado para mis encuentros con Arvid, también estaba cansada de estar tan expuesta al ojo público, necesitaba un respiro.La casa era de dos pisos, su diseño moderno con grandes cristales oscuros así como todo el color que predominaba en ella, no era muy grande, pero si lo suficiente espaciosa para una sola persona. Constaba de dos habitaciones, cada una con un baño propio y uno en el primer piso, una cocina y comedor unidos, una pequeña sala y un estudio. Sin contar con el bonito jardín, se sentía acogedor, mucho más que mi antigua casa. —Que preparen los documentos para mañana firmarlos —le ordené
Hazel El jet aterrizó en la paradisíaca isla, según me había comentado en el viaje eran ocho hectáreas con palmeras exuberantes y dos playas de arena blanca. La fresca brisa agitó mi cabello cuando bajé, maravillada observé el lugar que se sentía como estar en un paraíso, todo estaba perfectamente cuidado, el pasto verdoso y las grandes palmeras meciéndose con el viento.—Es hermoso —le comenté mientras caminábamos al pequeño auto de golf que nos esperaba para llevarnos a la gran mansión. —No tanto como tú —sentí mis mejillas encenderme, me sentía caliente después de un momento fogoso en la habitación de su jet, mis piernas ardían por su toque y porque terminara lo que había comenzado. Tomé su mano cuando me la ofreció para ayudarme a subir, el lugar era perfecto para olvidarse del mundo y para no querer volver a salir de ahí. —Ya sé cuál será mi siguiente compra innecesaria muy necesario —él sonrió de medio lado sentándose a mi lado y ordenando que nos llevaran a la mansión. —Pu
Mis ojos picaron por soltar las lágrimas que estaba conteniendo, mi corazón rompiéndose en pequeños fragmentos ante la imagen asquerosa que estaba contemplando. No podía creerlo, la persona con la que conviví cinco años de mi vida me había traicionado de la forma más baja. Yacía con mi hermanastra en mi propia cama, sin sentir vergüenza por haber apuñalado mi confianza y por un instante pensé «¿qué hice mal para merecer esto?»Con el dolor del mundo y aprovechando que todavía no reparaban en mi presencia saqué mi móvil para grabarlos y asegurarme de tener las pruebas suficientes para no cederle ninguna pequeña parte de mis posesiones. No iba a obtener nada de lo que con esfuerzo trabajaba mientras él se revolcaba con Celine en mi ausencia. Harta de seguir viéndolos, cerré con fuerza la puerta caminando lejos de mi habitación hasta la sala en el primer piso, sirviéndome una copa de vino en lo que ellos bajaban o tenían el descaro de continuar sin importarles nada. No me sorprendería,
Hazel Planté mi firma en el documento que oficialmente me devolvía mi soltería, volvía a ser Hazel Loughty la hija de mi padre y la que no se dejaba desmoronar por nadie. De reojo pude ver cómo él tomaba el lápiz inseguro de hacerlo, después de una lucha de varias semanas que se hicieron infinitamente largas por fin se consiguió lo que quería. Emmett no recibiría nada de mi parte por haber cometido adulterio, ninguno de mis bienes serían tocados por sus manos y mucho menos por la próxima mujer que ostentara una baratija en su mano. Al concluir con las firmas se nos dio el documento que me liberaba de cualquier atadura con Emmettt Wright, sentí la palmada de ánimo de mi hermano, quien era mi abogado y quien se había encargado de todo el proceso. —¡Bienvenida a la soltería! —mi amiga me abrazó con efusividad al salir de la oficina del juez —esto tenemos que celebrarlo. —Claro que si —sonreí pasando mi vista a Celine que iba entrando por el pasillo para lanzarse a los brazos de mi e
Hazel Dejar el pasado atrás y las personas que lo conforman puede ser una de las decisiones más difíciles de la vida, dolorosas y que pueden llenarte de heridas, de inseguridades y desconfianza. Pero era preferible a seguir sufriendo por no ser suficiente para esa persona, sabiendo que si te falló una vez lo hará toda la vida. «Puedes con esto, Hazel. Tu siempre has podido» me dije ante el reflejo del espejo, había maquillado mi rostro cubriendo las enormes bolsas debajo de mis ojos. Forcé una sonrisa tratando de practicar el gesto para mostrar que todo estaba bien conmigo, que nada podría afectarme y que mi corazón era una cúpula de hielo. Dejé salir el aire retenido mirándome una última vez enfundada en un vestido color plata que brillaba con la gran cantidad de cristales que colgaban de él. Estaba lista para ir a divertirme y olvidar el desastre que era mi vida, o lo que decían que era. Tomé mi bolso saliendo de la habitación del hotel donde llevaba hospedándome estas últimas s