Matías corrió desde la puerta a la cama, pasando a un lado suyo antes de arrodillarse junto a ella. Samuel temblaba con las manos aún cubriendo su boca, sus ojos húmedos se enrojecían cada vez más; mientras el líquido fluía en abundancia. Hasta que sintió la humedad en su cuello, Isaac fue consciente de su propio llanto. De pronto, Matías volvió a pasar a su lado. Un segundo después escuchó una voz llamándolo a lo lejos.
-¡hermano!, ¡hermano! - sintió una mano en su brazo que lo agitó - ¡ISAAC! - el grito cerca de su oído lo despertó.-¡¿qué?! - respondió ansioso.Matias informó a todos a su alrededor - ¡los guardias ya vienen!.La sorpresa se vio en ellos, menos en Dylan quien se recostó en el cuerpo que iba perdiendo su calor - ¡rápido, vámonos! - Matías jaló un brazo de Dylan; pero este seguía inmóvil.Isaac salió, comprobó que los guardias se acercaban a una velocidad considerable y ya les faltaba muy poco. Desde la puerta gritó - ¡VA