Estoy mirándome al espejo algo nerviosa ya que en pocos minutos llegará Max para irnos a cenar. Nunca en mi vida me había sentido así de nerviosa, pero espero que todo salga bien.
Escucho que tocan la puerta y, como sé que es Max, tomo la cartera y me dirijo a la puerta. Cuando la abro, me encuentro a un Max vestido con un traje gris bastante sexy.
—Estás hermosa —se acerca a mí y planta un beso en mis labios.
—Tú estás muy guapo —él me sonríe y toma mi mano.
—Vamos, que la cena espera —nos montamos al auto y Max maneja durante 20 minutos hasta que llegamos a una cabaña.
—¿Qué es esto?
—Esta cabaña la compré hace unos años. Vengo aquí cuando busco tranquilidad —abre la puerta y lo primero que veo es un caminito lleno de pétalos con velas.
—Sigue el camino —me susurra Max mientras toma mi cintura. Hago lo que me dice hasta llegar a una terraza que está perfectamente decorada con una mesa y varias luces.
—Sorpresa, cariño —miro sorprendida el lugar y luego miro a Max - ¿Tú hiciste todo e