Por Pupy
Retrasé la mudanza para que no hubiera testigos en la casa.
Calculé cada movimiento.
¡Mi plan era perfecto!
Nunca pensé en una negativa de Emma.
¡Es la primera mujer que me rechaza!
¡Hasta en eso es distinta!
No negué que mi liderazgo en la empresa era por algo más que por ser el cuñado de Humberto.
No lo dije abiertamente, no hizo falta.
Sin embargo, no pude saber que la unía con Marcelo.
Es algo importante y Emma sabe mucho sobre la textil de ese hombre.
Mis fuentes no pudieron determinar si ella trabajó para ellos, hay algo inconcluso.
Dejando de lado mi espionaje corporativo, donde no quise presionar demasiado, tampoco pude lograr avanzar sobre ella.
Vi otra oportunidad para acercarme a ella, cuando se paró y la puerta no quedó detrás de ella.
En un segundo la tenía acorralada contra la pared y sin pensarlo, mi voz salió, ronca, casi en un susurro.
-Quiero tener derechos sobre vos.
Lo quería, lo deseaba y también lo necesitaba.
Volví a besarla, con anhelo, con una pasión