Capítulo 34

El resto del día estuvimos ayudando a ordenar y limpiar toda la casa. Los muchachos se encargaron también de reforzar la seguridad de la casa.

No sabían todavía quién los había atacado, pero sospechaban de la misma persona que intentó matar a Alexander.

Me estremecí cuando escuché eso.

Esa noche me costó conciliar el sueño. No podía dejar de observar a mi novio, agradecer que estaba bien, pero a la vez temer por el futuro incierto.

¿Cómo se tomaría el hecho de que iba a ser padre?

¿Nos iban a atacar de nuevo?

¿Podríamos salir de este mundo alguna vez?

Entre cientos de pensamientos, por fin me dormí.

Al día siguiente me desperté a las ocho y me sorprendió ver que la cama estaba vacía.

Pensé que quizá, Alexander estaba desesperado por saber quié

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