Alejandra
Entro a la oficina azotando la puerta con fuerza, el maldito de Aaron se está acomodando la camisa dentro de los pantalones, la rabia que corre por mis venas es tanta que incluso siento un calor sofocante.
- ¡¿Qué rayos te pasa, Alejandra?! Le dije a tu secretaría loca que quería hablar contigo esta noche, ¿No podías esperar?
Tomo uno de sus ridículos adornos y se lo arrojó con fuerza, por suerte para él y mala para mí, logra esquivarlo, la figura se hace pedazos al chocar contra la pared, abre mucho los ojos y si es que estaba molesto porque lo interrumpiera, su enojo desaparece al verme a la cara.
- ¿¡Qué rayos me pasa?! ¡Esto me pasa!
Saco mi celular y le muestro la maldita foto con la que Henry intentó chantajearme hace poco, son él y su maldita asistente Mónica besándose en un restaurante, al principio apareció la culpa en su mirada, pero como siempre su sinvergüenza es más grande.
- Bueno si, la regué, fue un accidente, no fui tan discreto como quedamos que lo sería