Pensar de prisa

Ingrid

No fue difícil para mí darme cuenta de que aquello era una puesta en escena de Julius. Los humanos policías estaban siendo manipulados por los pálidos. Los tres pálidos que se mezclaban entre las personas debían tener ordenes de no intervenir.

Gritar fue una buena opción para que la manipulación se fragmentara al menos un poco. Necesitaba que se aturdieran para confundirlos.

Sara no me reconoció, ni siquiera sospechó que algo extraño estaba pasando. Su cerebro estaba demasiado lavado por la poción que le dieron para borrarle la memoria. Me pregunté que podría ser lo que ocurrió. Necesitaba más detalles.

Utilizar a Zem como aliado ya era algo arriesgado. Tener que estar aquí, me ponía en un gran peligro.

¿Qué más tenía para perder? Si era sincera conmigo misma, el bosque donde viví alguna vez estaba quemado hasta los cimientos. Los lugares a donde escapaba estaban todos vigilados. Las brujas éramos perseguidas y cazadas. No podríamos zafarnos de vivir huyendo, tal como le sucedi
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