Camila

La cabeza me dolía, todo daba vueltas a mi alrededor. Estaba boca abajo sobre un colchón, delante tenía la cabecera ornamentada de una cama. Alguien estaba sobre mí, inmovilizándome con su peso.

Entonces recordé la fiesta, la discusión con Julián, al actor y me llené de pánico.

—¡¿Qué es esto?¡ —grité y traté de levantarme—. ¡Suélteme!

La persona que tenía encima me hundió la cabeza en el colchón. No podía respirar.

—Quédate tranquila —dijo—. Sí colaboras todo saldrá bien.

Traté de levantarme otra vez, pero el hombre era bastante fuerte. Apenas si pude girar un poco la cabeza y jalar aire. Lo intenté, pero no pude moverme, solo retorcerme debajo de su cuerpo y gritar.

—¡Auxilio! ¡Auxilio! ¡Alguien que me ayude, por favor!

Las lágrimas corrían por mi cara, estaba desesperada. Intenté darle un cabezazo y lo único que obtuve fue que él hablara mi pelo con violencia y volviera a hundirme en el colchón.

—Grita todo lo que quieras, perra. Estas habitaciones son insonorizadas. ¿Crees