Si no hubiera sido porque ella insistió en ir a buscar a Daniel, no habría pasado eso, y además hizo que Marcos se preocupara.
—No digas esas cosas, no vuelvas a hacer tonterías —dijo Marcos.
Se dio vuelta para irse, Silvia lo detuvo, varias veces abrió la boca pero no habló.
Marcos sabía qué quería preguntar, dijo por iniciativa propia:
—Él no vino, le marqué y tampoco contestó. Ya no pienses en él.
Se detuvo un momento y agregó:
—Ayer fue al aeropuerto a recoger a alguien, luego fueron a cenar a un restaurante occidental.
Silvia respiró profundamente y bajó la mirada.
¿Restaurante occidental? ¿Recoger a alguien?
Resulta que no estaba ocupado, entonces ¿por qué no había contestado su teléfono?
Perdió el apetito, solo bebió un sorbo y se acostó en la cama:
—Marcos, ya entendí.
—Sisi, ya no lo contactes más.
Marcos estaba muy preocupado viendo el estado actual de Silvia, pero aun así quería decírselo.
—Sí —entendía.
Aunque no quisiera admitirlo, tenía que admitir que tal vez Daniel no l