Silvia rio con frialdad: —Leticia me odia desde hace mucho tiempo. Sobre su reputación en la escuela, tú deberías saberlo mejor que yo. Después de todo, le diste clases. A ella le encanta tramar intrigas. Incluso si realmente hubieras publicado mi artículo, nunca te habría ayudado. Su único objetivo era atacarme, y una vez logrado, ¿por qué se molestaría en ocuparse de ti?
Las lágrimas brotaron de los ojos de Laura mientras mordía su labio: —Fue mi culpa. Seguí sus instrucciones y te secuestré. Todo fue mi error.
Silvia: —¿Qué hay de esa foto?
Laura guardó silencio un momento y luego se humedeció los labios: —Fue alguien enviado por Leticia. Organizó para que una persona se acercara a Vivian y la llevara a tomar fotos. La imagen era mitad verdad, mitad mentira.
Al terminar de hablar, Laura palideció y dejó caer la cabeza.
Silvia y Daniel intercambiaron miradas. Conociendo el carácter de Vivian, sabían que acercarse a ella no tomaría mucho tiempo.
Con su personalidad sociable, podía hac