Capítulo 42

Knut acarició el cabello de su esposa mientras que con la otra le colocaba una pastilla gris seca en la boca. No esperó a que ella rechistarara, rápidamente le acercó un vaso de agua. Astrid bebió el agua y la medicina, haciendo una mueca de disgusto.

—Knut, qué amargo es esto…—susurró—. Es horrible.

Knut dejó el vaso a un lado y no pudo resistirse a besarla en los labios, saboreando el amargor para liberarla del sufrimiento del gusto feo. Se separó solo cuando estuvo seguro que nada más incomodaría a su esposa.

El doctor Katzenbach se sonrojó y apartó la vista avergonzado. ¡Él había venido como médico, no como testigo de su amor rebosante! Es de mala educación comer frente a quien está hambriento…

Knut sentía una profunda angustia en su alma y ya no recordaba que la mujer que abrazaba era su enemiga ni alguien con la que tenía que mantener la guardia alta. La estrechó contra su pecho y le dio varios besos en la frente.

Astrid ya no sentía el amargor en la boca, y se relajó en los bra
Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App
Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App