Capítulo extra II.
Edson.
Llevaba dos días aquí y me quedaba claro una cosa:
La primera, que el Alfa Gustav era un jodido psicópata sádico.
Justo en ese momento abrieron la puerta de mi celda y me apuntaron a los ojos con una linterna.
-Arriba nuevo, hoy toca la prueba de habilidades. – Dijo con sorna uno de mis carceleros.
Me levanté como pude; ya había aprendido el día anterior que estos lobos no tenían mucha paciencia. El tipo me amarró las muñecas con una cuerda gruesa y luego comenzó a tirar de mí en su camino hacia la salida.
Joder, me dolía todo el cuerpo y no había comido nada después de la insípida comida del avión.
Se suponía que entrar a una nueva manada era relativamente fácil. Llegabas a la manada en cuestión, pedías una audiencia y el Alfa decidía buscar antecedentes sobre ti o no antes de aceptarte o rechazarte. Algunos Alfas incluso valoraban si serías útil dentro de sus filas.
Así que cuando el Alfa Gustav me dijo que primero me haría una serie de “divertidas” pruebas para ver si