A filo de navaja.
Nick dejó sobre las piernas de Valery un plato junto a un vaso de leche y como siempre, su sueño ligero de paloma la hizo abrir los ojos de inmediato. En algún punto se había quedado dormida en el sillón junto a Andrew, vencida por el cansancio.
Era ya tarde y afuera estaba oscuro ya que no se veían luces de ningún tipo, salvo las de la cabaña. Estaban a los pies de la montaña y el sonido de los grillos era el único ruido que podía percibirse.
—Te he traído algo de comer —dijo él, señalando el sándwich de atún que tenía en frente y ella lo vio confundida.
Estaba desorientada y agotada, por lo que le tomó un momento entender lo que le decía, pero cuando su cerebro entró en funcionamiento, parpadeó un par de veces antes de agradecerle.
—Gracias.
Él asintió y ocupó el asiento frente a ello, ambos contemplando a Andrew. Estaba sudando como loco, pero aún no había despertado. A su lado, en el suelo, Jacob también había caído abatido por el sueño y Nick lo vio, con algo de recelo.
—Deberí