Kian se quedó pasmado, con ganas de cavar un hoyo y meterse dentro.
Por su conocimiento de Álvaro, después de que Gabriela le pusiera esa enorme y brillante «corona de infidelidad», que Álvaro no la matara ya era un milagro.
¿Reconciliarse? ¡Ni en sueños!
Por eso, en su rabia e incomprensión, Kian había terminado rompiendo del todo con Gabriela.
¿Quién iba a pensar que el sol saldría por el oeste? Álvaro, en vez de matarla o deshacerse del bebé, aceptaba criar a ese hijo extraño, con tal de no perderla.
Gabriela no volvió a mirar a Kian, demasiado incómodo para su gusto.
Mientras marcaba una videollamada para Soren, se alejó de Kian y de Alicia, buscando un rincón más apartado de la casa.
La videollamada se conectó.
Antes de que Soren pudiera decir nada, Gabriela le hizo señas con rapidez: "Usa lenguaje de señas."
Soren captó la indirecta. Seguro había gente escuchando del otro lado.
Con señas claras y concisas, comunicó: "Me pediste vigilar a Ivana. Ayer al amanecer, la acusaron de in