Mundo ficciónIniciar sesiónMamá dejó de arreglar las flores en la mesa, ajena al remolino de emociones y preocupaciones que me aceleraba el corazón. Yo intentaba sonreír, permanecer en el ahora, pero mi mente ya estaba en otro lugar, recorriendo los rincones oscuros de esa mansión que pronto debía enfrentar.
—¿Qué es, Lili? —me pregunta mamá al ver mi cara de preocupación. —Hay una cena en casa de mi paciente y deberé asistir. Pero vendré en cuanto se termine —me apresuro a aclarar. —¿Así cómo estás, hija? —Mamá me mira preocupada—. No puedes moverte. —Tengo que ir, mamá, estaré bien —trato de tranquilizarla—. El señor Alessandro vendrá por mí en un rato. —¿No puedes decirle que no? —insiste mamá. Mam&a






