La pregunta de mamá me perfora el alma. Andy, con sus promesas de un futuro estable, no tiene ni idea del tipo de mundo en el que estoy viviendo ahora. Me recuesto contra el respaldo del sillón y finjo no escucharla. Bajo la mirada al lago, ahora teñido con tonos rojizos por el sol poniente, y suspiro profundamente antes de responder.  

—Trataré de que no coincidan nunca —digo suavemente—. Además, después de la discusión de hoy, no creo que las cosas se arreglen entre nosotros tan fácil. Desaparecerá como hace siempre, un buen tiempo.  

—Deberías terminar con él, hermana —interviene Luci, mirándome fijamente—. Con todo el enredo que tienes, es mejor si estás sola.  

—¿Qué enredo? —pregunta mamá.  

—El de la tesis, mamá —le responde Luci, que es más rápid