Voy ya rumbo a buscar a Migue; me como las uñas del miedo que siento después de haber salido de la mansión Minetti. ¿Cómo voy a hacer para engañar a mamá? A Luci está descartada, tiene vena de detective. Tendré que hacerla mi cómplice en esto. Oh, Lilian, ¿por qué no seguiste los consejos de tu padre cuando te repetía una y otra vez que debías aprender a controlar tu impulsividad? Mira lo que te has ganado por no escucharlo.
—Señora Minetti, señora Minetti —escucho al chofer llamarme. Lo miro, volviendo a la realidad. —Ya llegamos al local de su amigo. —Ah, esperen aquí. Venimos enseguida —les pido abriendo la puerta, pero me detengo y los miro por la ventanilla. —¿Cómo se llaman? —Yo soy Humberto, señora, y él es Estefan. Somos su seguridad particular. Tome, an