MINETTI:

 Rufo negó lentamente con la cabeza, dejándome claro que entendía perfectamente lo que le decía. Su expresión era un reflejo de su valoración del tema: complicado, cargado de emociones que no podía resolver con lógica. ¿Qué mujer no se molestaría al descubrir que el hombre que la hizo suya por primera vez ni siquiera podía recordarlo? La simple idea estaba atascada en mi cabeza como una espina que no podía quitarme.

  Mi interior era un desastre. Por un lado, sabía que debía alejarme de Lilian. Ella no era como yo; era pura, intensa, y su mundo no se había corrompido por las sombras en las que yo vivía. Sin embargo, por mucho que supiera que ella merecía algo mejor, la verdad era que alejarme no era una opción. Sobre todo ahora cuando todo se sentía al borde del abismo y los enemigos acechaban. 

 Ruf