Mundo ficciónIniciar sesiónALESSANDRO MINETTI:
Rufo dejó escapar un suspiro profundo, balanceando la cabeza como si quisiera exiliar cualquier juicio hacia mis intenciones.
—No sé si es sabio ese plan que tienes —dijo después de varios segundos en los que el silencio se sintió eterno. Finalmente, se giró para mirarme directamente a los ojos, dejando claras las reglas que, según él, no iban a ser negociables—. Lo haré, no por ti, sino por la doctora Lilian. Es una excelente trabajadora, y si es verdad que su novio la utiliza, pues quiero liberarla de eso. Por ella lo haré, no por ti, que te quede claro. Había suma seriedad en su tono, honesto pero intransigente, que me hizo sentir como si tuviera que contar mis movimientos bajo su sombra. Rufo continuó, con mayor seriedad esta vez: —Y tienes que cumplir tu promesa, Alessandro. No harás nada para que ella se pele






