—¡C-Cómo te atreves a hacerme esto!— aulló Melissa.
—Melissa, ten cuidado. —Maia agarró la cara de Melissa con una mano y sonrió con saña. —Tú existes porque tu madre es una rompehogares. ¿Cómo te atreves a desafiarme? ¡Aunque quisiera a Yandel para mí, no hay nada que puedas hacer! ¡Todo lo que puedes hacer es mirar como una idiota!—
Maia apretó tan fuerte que las mejillas de Melissa se pusieron rojas e hinchadas.
Melissa estaba tan adolorida que miró a Maia y comenzó a jadear por aire.
—¡Solo porque no te haga nada no significa que no lo haré!—
Para Maia, matar a Melissa sería tan fácil como aplastar una hormiga.
Con eso, Maia soltó su mano.
Melissa cayó al suelo y miró a Maia con odio.
—Melissa, déjame advertirte. ¡No me mires así! Si lo vuelves a hacer, yo...
Antes de que Maia pudiera terminar la oración, Melissa la interrumpió.
—¡Tomas y Mia no son tus hijos!—
El rostro de Maia se puso pálido de inmediato, pero puso una cara dura.
—¿De qué tonterías estás hablando?—
—Maia, no est