Cuando Lily no pudo soportar más el hedor, arrastró a Olivia y se dirigió al baño para refrescarse.
En ese momento, sonó el teléfono de Olivia.
Cuando se dio cuenta de que era Mia la que llamaba, su estado de ánimo se alivió en un instante y lo atendió con una sonrisa.
Inmediatamente, el sonido del llanto de Mia vino del otro lado del teléfono.
—Salva a Tomas…—
Al escuchar las palabras de Mia, Olivia se congeló.
—¿Qué le pasó a Tomas? —Olivia sintió una punzada de angustia cuando se le hizo un nudo en la garganta. —Tómate tu tiempo y cuéntame qué pasó. Estoy aquí. Todo va a estar bien.
Por alguna razón, Mia se sintió calmada y aliviada por la voz de Olivia. —El bisabuelo… E-Él está castigando a Tomas… Tomas no hizo nada malo…— murmuró Mia apresuradamente entre sollozos.
En ese momento, odiaba la forma en que tartamudeaba cuando hablaba.
Sin embargo, Olivia entendió lo que quería decirle porque podía escuchar vagamente el sonido de Tomas siendo castigado.
Aunque había algunos ruidos de