Al llegar a casa James les ayudo a guardar a lavar, desinfectar y guardar las frutas y verduras.
- Listo ya colocamos las frutas como nos dijiste – anunció James.
- Gracias muchachos – habló ella, quien estaba terminando de guardar la carne en la nevera.
- Mami hambre – se quejó Arturo, ya que su estómago empezo a ver ruidos.
- Oh si ya es tarde – dijo al ver la hora – bueno ya que tenemos la mitad de las compras, que les parece ir a comer hamburguesas.
- ¡Si! – habló feliz Arturo.
- Esa idea si me gusta – dijo James – pero esta vez que les parece si usamos mi auto para movernos y no estar cargando las cosas.
- No aguantaste ¿eh?
- No, definitivamente no estoy hecho para este tipo de trabajos – indicó apenado escuchando la risa del pequeño y de ella.
Tras eso los 3 volvieron a tomar solo las bolsas de tela para salir de casa y ahora subir al auto de James, donde el los llevo a su restaurante de hamburguesas favorito, el cual también era un lugar familiar y contaba con un área de juego