Le hice un gesto para que me acompañara dentro después de abrir la puerta.

Menos mal que había guardado la copia de la llave de mi habitación en la moto. De otra forma hubiera tenido que pedir una extra y no estaba de humor para todo el papeleo que conllevaba.

Él hizo un gesto negativo con la cabeza.

-Solo dame cinco minutos para cambiarme. - Dije caminando hacia el ropero.

-No creas que se me ha escapado el hecho de que no has contestado a mi pregunta. - Dijo divertido. - Te daré privacidad.

Lo escuché cerrar la puerta y esperé al menos dos minutos antes de suspirar. Este día parecía eterno.

Me cambié rápidamente y me maquillé un poco para no parecer el desastre andante que era.

Eso pasaba cuando eras arrojada a una celda maloliente.

En un minuto más estaba lista, así que bajé las escaleras corriendo para encontrarme al tío Jeff sentado en la pequeña sala de estar del edificio en recepción.

Saludaba a algunos chicos con la cabeza cuando pasaban, pero no entablaba ninguna conversació