Capítulo 125.
Nunca había podido afinar.
De hecho, más de una vez mi hermana se había burlado de mi falta de oído musical. Ella era la cantante de la familia.
Comencé a tararear.
"Te puedo ver de pie en el horizonte
Quisiera ser la brisa que te roza
Y escuchar tu voz al susurrar... "
Recordaba a mi hermana cantarla a todo pulmón cuando lavaba los platos. A veces estaba tan inmersa en ello que dejaba jabón en los trastes.
Papá lo encontraba divertido.
Yo me molestaba porque mis huevos sabían a jabón.
Silenciosas lágrimas brotaron.
"Al observar la niebla de los montes y recordar a una estrella fugaz,
yo le pedí que fuera bondadosa y que jamás el día acabe ya... "
De pronto sentí que la tierra comenzaba a moverse y abrí los ojos.
Mi tonada vaciló durante unos segundos cuando ví frente a mí que comenzaba a brotar un tronco.
"No te detengas". Dijo la voz en el viento.
Volví a cerrar los ojos para terminar.
"Quiero tomar tus manos temblorosas
y así mirar hacia el cielo azul,
romper con