40. ¡Él debería ser mío!
La revelación del embarazo de Sophie dejó a Thomas conmocionado y confundido.
Se levantó del sillón, caminando de un lado a otro de la habitación en un intento de procesar la noticia.
Después de unos momentos, se detuvo y se volvió hacia Sophie más molesto que preocupado, celoso, rabioso él había respetado a su novia hasta el matrimonio después de ser novios desde el instituto y ese cabrón le había robado el derecho que le pertenecía.
Tener para él la virginidad de su novia.
—¿Ese cabrón se atrevió a violarte? —preguntó Thomas lleno de ira — Lo mataré, voy a matarlo ahora mismo. Daniel me dijo que tuviéramos paciencia, que elaboraríamos un plan, pero ese monstruo te forzó y te embarazó...
Sophie, viendo la reacción de Thomas y temiendo lo que pudiera hacer, se levantó rápidamente y lo agarró del brazo para detenerlo.
—Thomas, no, él no me forzó. Las cosas... simplemente sucedieron —explicó con voz temblorosa— Yo creí que habías muerto, y en ese momento, él no me parecía tan malo.
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