Mario asintió:
—Me encargaré de ello.
El semáforo cambió a verde.
El tráfico comenzó a moverse. Mario, al volante, dijo en voz baja:
—Llama a tu hermano. Dile que preste más atención a su familia y que no esté siempre distraído. Dulcinea es hermana de Alberto, pero se casó con él y tuvieron a Leonardo… Ese lazo de sangre no puede romperse.
Nadie conoce mejor a los hombres que otro hombre.
Mario podía ver que Luis realmente amaba a Dulcinea.
De lo contrario, Leonardo no habría nacido.
Ana asintió, recostándose en el asiento de cuero, con el ánimo bajo y sin ganas de hablar.
Mario, con su mano cálida, tomó la de ella suavemente, pero su perfil seguía siendo serio y formal…
…
Esa noche, Mario organizó un chequeo médico completo para Dulcinea.
A altas horas de la noche, una enfermera llegó con las órdenes médicas.
Luis también estaba presente.
La enfermera, sonriendo, dijo:
—Estos son los exámenes para la señora Fernández. Nuestro señor Lewis personalmente los organizó, con los mejores doc