—Marina, ¿crees que el señor Camilo se sorprendería si te viera hoy? —preguntó Luis con asombro.
Marina dejó el café y respondió: —No lo sé.
Luis Santamaría, presidente de TechNova y el hijo mayor de la familia Santamaría, observaba a Marina con detenimiento.
Ella llevaba un vestido rojo ajustado y una blusa blanca con dos botones desabrochados, muy distinta a la imagen tan reservada y elegante que él conocía.
Ahora parecía más una secretaria que solo tenía apariencia.
A pesar de su amnesia, Marina había demostrado una gran capacidad de aprendizaje a lo largo del tiempo.
En tan solo una semana en TechNova, su desempeño ya había impresionado por completo a Luis.
De repente, Luis se acercó a Marina y le susurró al oído:
—¿Qué perfume usas? Huele muy bien.
Marina colgó la llamada al instante, giró ligeramente la cabeza sin moverse y sonrió:
—Es el perfume suave de Mr. D.
Luis con agrado le comentó:
—Compra una botella para Pilar y otra para mi prima Leticia.
Pilar era la amante en secr