En el pasillo del hospital, Ricardo caminaba de un lado a otro, visiblemente ansioso. Su mirada no se apartaba de la puerta de emergencias, esperando cualquier novedad.
De repente, al final del pasillo, apareció Diego junto a Daniel. Su expresión era severa, y la tensión que irradiaba era palpable.
—¿Dónde está? —preguntó Diego, con voz firme.
Antes de que Ricardo pudiera responder, Rebeca se adelantó apresurada:
—Jefe, Mari ya fue trasladada a una habitación normal.
Ricardo la miró con incredulidad y molestia.
—No, la jefa sigue en emergencias.
Diego lanzó una mirada sombría a Rebeca antes de volver su atención a Ricardo.
—¿Qué fue lo que le sucedió? ¿Qué lesiones tiene Marina?
Ricardo tomó aire para calmarse y explicó:
—Todavía no tengo toda la información. Solo sé que fue derribada en el baño del Grupo D&M. No he tenido oportunidad de averiguar los detalles exactos.
En ese momento, la puerta de emergencias se abrió, y un médico salió al pasillo. Diego y Ricardo se apresuraron a acer