—Sí, vamos —Marina aceleró el paso, tratando en ese instante de olvidarse del encuentro inesperado con Diego.
Diego la observó alejarse, con la cabeza baja, tratando de esconder la profunda tristeza y el anhelo que le invadían. Después, subió apresurado al auto.
No había pensado demasiado en ir a ese lugar, simplemente fue, sin imaginar que se encontraría justo con Marina.
La Mesa Secreta tenía una decoración vibrante, llena de color y vida. Un lugar con un estilo único.
Marina y Ricardo se sentaron cerca de la ventana y pidieron algunos de los platos típicos.
Mientras comían animadamente, Marina escuchó a la mesa de al lado hablar del Grupo D&M.
Una de las mujeres, en voz baja, comentó:
—No entiendo, nunca había pasado algo así en el Grupo D&M. Tienes un talento increíble, ¿por qué te movieron de la sala de juntas al departamento de pruebas?
Otra mujer agregó:
—¿Sabías lo que dicen por ahí? Dicen que porque querías seducir al presidente.
—Qué ridículo esto —respondió Margarita con una