Diego lo escuchaba desinteresado mientras se acomodaba en el auto.
—¿De dónde sacas tanto coraje para hacerme ese tipo de exigencias? —esperó a que Armando terminara de hablar antes de responder con arrogancia.
Armando, visiblemente molesto, sintió que su hijo siempre desobedecía.
—¿No te da vergüenza? Si ella llega a Estelaria, ya sabes lo que le espera. Mantenerla como amante en Marbesol podría ser lo mejor para ella.
Diego tomó el iPad que Daniel le entregó y revisó las noticias detenidamente. Eran solo rumores sin fundamento. Sin embargo, el artículo pronto mostró dos imágenes: el anverso y reverso de una foto. En el frente, Marina de diez años, con un vestido de tirantes. En el reverso, un mensaje decía: [El sabor de tu hija es exquisito.]
Diego enojado y colgó la llamada de Armando.
—Quiero que eliminen todas las noticias.
Daniel se comunicó rápidamente con los departamentos pertinentes, y la noticia sobre Marina, que había estado en tendencia, fue retirada al instante.
—La tende