Capítulo 32: Un casto beso.
Aquel día, John había decidido visitar a Katherine con una propuesta. Todas las miradas se amontaban para verla pasar en aquellos blancos pasillos. Dependientas, costureras, y personal diverso, no despegaban la vista de aquella hermosa mujer de cabellos rubios, que siempre lucia elegante y recta. Sus ojos eran simplemente impresionantes; agresivos en extremo, y seductores al borde del infarto. Su cuerpo era hermoso; no se notaba que era la madre de dos pequeños, hacia soñar a los hombres, y quizás, a algunas mujeres también.
John observaba como era prácticamente inevitable que la mayoría de las personas en ese lugar, mirasen con tanta atención cada enérgico paso que daba Katherine Holmes. No era difícil darse cuenta de que Katherine era una mujer hermosa, realmente lo era, sin embargo, le parecía interesante notar la admiración que la mayoría de esas personas parecían sentir por ella, y es que, francamente, Katherine había demostrado ser una mujer realmente impresionante.
Había vivi