Capítulo 116: Su verdad.
En un lujoso hotel de New York, Anastasia de Dinamarca se miraba en el espejo; su belleza era radiante, tal y como debía de ser; ella era una princesa después de todo, y estaba acostumbrada a ser bella y a tener todo lo que deseaba siempre…por ello era que desde el primer momento en que había visto a Jackson Williams personalmente, lo quería como su marido…ellos, ambos miembros de la realeza, debían de estar juntos por el bien de sus familias y las tradiciones, y no permitiría que su prometido se casara con una mujer vulgar y corriente de familia de plebeyos y que además era madre divorciada con dos hijos.
En ese momento, Beatrice Williams entraba en sus aposentos, con una expresión completamente seria.
—¿Qué ha ocurrido?, parece bastante alterada su alteza. — dijo Anastasia dejando de lado su espejo de mano.
Beatrice se sentó en uno de los sofás.
—He hablado con Emily Gibson y le he hecho saber mi opinión, lo que esa mujer ha hecho perjudicó el buen nombre de nosotros los Williams, y