Capítulo 107: La crueldad de una bestia.
Amor, posesión. El deseo irrefrenable de tener a esa mujer para sí mismo. La obsesión que le generaba, la desesperación que sentía al no tenerla cerca y saberla en los brazos de otro hombre, Jackson sentía enloquecer cada vez un poco más…igual que aquellas veces.
¿Por qué no podía ser amado por nadie? Se cuestionó.
Aquellos cabellos rubios que tomaba con brusquedad con toda la intención de hacer daño, aquella mujer debajo de el a la que tomaba sin piedad o remordimientos como si fuera un salvaje incapaz de frenar sus más bajos, oscuros y profundos deseos. La piel blanca se había enrojecido, casi al punto del más puro carmesí, y aquellas marcas de golpes y de arañazos danzaban al ritmo del vaivén de sus feroces estocadas que lastimaban a la incauta que a duras penas lograba soportarlo. Aquellos quejidos no eran de placer, Jackson sabía, si no, de dolor, y a Jackson poco o nada le importaba estarla lastimando.
—Shh calla mujer que aún no he terminado…si sigues quejando soy capaz de mata