Me reí suavemente: —Aún no sabemos si es niño o niña.
Olaia dijo: —Sin duda, preferiría que fuera una niña, pero si es un niño, también lo cuidaré con cariño.
"—Ya, a dormir.
Ella me cubrió con la manta."
Estaba muy cansada, manteniéndome despierta solo por acompañar a la abuela.
Cerré los ojos y me dormí al instante, pasando la noche sin sueños y profundamente.
A la mañana siguiente, me desperté con hambre. Aún medio groggy, percibí un aroma.
—¿No huele delicioso?
Mis pupilas se ajustaron y vi a Olaia moviendo unos tacos frente a mí.
—Eres tan inmadura —le respondí con una sonrisa resignada.
Olaia, orgullosa, contestó: —¡Así soy!
Sacó una mesita y preparó el desayuno.
—¿Y la abuela?
Me levanté para ver a la abuela, pero la cama estaba vacía.
—La abuela se levantó temprano; no quería despertarte porque te veía dormir tan bien. Fue a ver a Felipe después de desayunar.
Asentí y fui al baño.
Olaia me siguió: —No sé si esta vez Felipe se despertó y podrá ser un buen hijo.
Casi me atraganto