Capítulo 177
—Sé cómo hacerlo, y también tengo medicina.

Él se levantó y se me acercó, paso a paso, como si estuviera pisando sobre mi corazón.

—Te enseñaré.

—Entonces hazlo tú mismo.

Dicho esto, iba a irme.

—Delia.

Su mano seca de pronto me agarró, y su voz era como arena gruesa.

—Me duele…

Esas simples dos palabras hicieron que mis defensas se derrumbaran al instante.

Y, después de todo, era una herida de bala, no se podía descuidar.

Lo miré con dudas:

—Marc, ¿por qué nunca me di cuenta de que eres tan bueno para la actuación?

Bajó la mirada, despreocupado, me respondió:

—Entonces, ¿me crees?

—...No

Solté esa palabra y, en el momento en que me di la vuelta, él me jaló de vuelta con fuerza. El hombre, sorprendentemente, dejó de lado su supuesto orgullo y me dijo con voz suave:

—Realmente me duele, mucho.

En este momento, incluso yo misma quería regañarme: Delia, eres realmente una boba.

Pero, al pensar en su herida, no pude ser dura.

Realmente no vale la pena preocuparse por un hombre desagrad
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