Capítulo 76: Enamorado de tu arte.
Angelina levantó la vista, sus cejas arqueándose con un gesto crítico que parecía atravesar a Rosalind. Sus ojos, fríos y penetrantes, recorrían los cuadros con una atención fría.
—Empecemos —dijo, su voz firme, cortante, señalando los cuadros con un movimiento calculado de la mano—. Quiero ver todo, desde el primero hasta el último.
Rosalind tragó saliva, sintiendo un nudo en la garganta. Se inclinó ligeramente hacia atrás, intentando mantener la calma mientras Angelina se acercaba al primer lienzo: un retrato naturalista que Rosalind había trabajado.
—Esto… —comenzó Angelina, inclinando la cabeza hacia un lado mientras sus labios se apretaban en una línea fina—. No quiero volver a ver algo así. Sería una vergüenza para la galería estar detrás de esto.
Rosalind bajó la cabeza, conteniendo la respiración. No había palabras que pudieran explicar la oscuridad de sus últimos días: la muerte de su madre, la ausencia de su padre, las noches en vela en el hospital, los días sin com