Capítulo 65: Te quiero mío para siempre.
El corazón de Rosalind latía desenfrenado, y no era para menos…
Ella estaba contra el lavabo, frente a su esposo. Donovan giró a su mujer, con una mano firme, dejando que ella quedara apoyada contra el lavabo frío y liso, viendo su reflejo desastroso y desnudo en el espejo empañado.
Detrás de ella, su marido, con esa expresión de diversión perversa que solo sus ojos intensos y verdes podían mostrar, la miraba con una mezcla de deseo y juego. Rosalind deseó gritarle que siga rápido, con la voz quebrada y el corazón al borde del colapso, quiso pedirle que la penetrara con fuerza, que no parara, que la hiciera perder el control esa noche.
—¡Ah… por favor, Donovan… házlo!~ —gimió la mujer en silencio, dejando escapar un suspiro ahogado.
Él se inclinó contra su espalda, Rosalind sintió la desnudez de su marido rozándola y una sensación electrizante la recorrió de pies a cabeza. Ese hombre acercó sus labios al oído de ella:
—Separa las piernas para mí —le susurró Donovan al oído, su